España hace un milagro

La selección protagoniza una remontada histórica, con goles de Jenni Hermoso e Irene Paredes, ante Colombia y se clasifica para las semifinales de los Juegos Olímpicos tras vencer en la tanda de penaltis

España parece inmortal. En su peor día, superada por la energía colombiana, resistió, se acogió a la épica y levantó un 0-2 gracias a un final maravilloso, histórico, de película de Hitchcock. Además con dos actoras simbólicas, futbolistas que han abanderado el cambio, que no sólo han convertido el fútbol femenino nacional en potencia mundial. Jennifer Hermoso e Irene Paredes, referencias de la igualdad, de los derechos humanos. Leyendas del país.

Paredes, ya con el descuento a todo trapo, se sumó al ataque con afán heroico. Observó a Salma juguetear con la pelota en el costado izquierdo. Amagó y amagó Paralluelo hasta que armó la pierna para centrar al primer poste. A Irene nadie la esperó, solo ella creyó. Convirtió el empate a dos de primeras, todo pasión, todo deseo. Desató una locura colectiva. Inyectó vida a España si es que la había perdido. La hazaña se completó en una tanda de penaltis cardíaca. El destino dio el ‘sí’.

Antes, el envite de cuartos de final ante Colombia resultó un dolor de muelas. Alexia controló entre dos rivales en una puja dispar, la española cayó víctima de esa disputa y el balón salió mordido en ventaja para la transición cafetera. La juez no interpretó falta. La peor noticia es que la pelota se acomodó en los pies de Mayra Ramírez, a campo abierto, probablemente el ecosistema que mejor maneja la atacante colombiana, el símbolo. Ante Cata, Ramírez ni pestañeó, definió por abajo y encendió el duelo de cuartos de final a los 12 minutos. Obligó a España a remar en la dificultad, un reto de altura.

Colombia presentó una pelea de cuchillos largos, no rehuyó el cuerpo a cuerpo y se expresó al límite del reglamento. Además, la ventaja reforzó su plan. Quizás, la selección había pensado en un guion más dominador, pero se encontró con enredos muy pronto, demasiado. Precisó controlar las pulsaciones y retomar el flow con la pelota. Aitana rozó el empate tras una finta majestuosa de Mariona en la derecha, se quedó en ventaja y direccionó el servicio al segundo poste. Remató de primeras Aitana, aunque al muñeco.

España halló caminos cuando Alexia y Bonmatí descubrían grietas en espacios interiores, justo por detrás de las centrocampistas rivales. Cuando recibían se intuía el pase definitivo. Alexia, por ejemplo, habilitó a Salma Paralluelo que controló con la derecha y ejecutó con la izquierda, sin avisar. La arquera de Colombia Tapia escupió la pelota a córner. Las futbolistas de Montse Tomé no solo necesitaban gestionar la desventaja, también el desespero que provoca el consumo del tiempo y las artimañas colombianas, muy del otro fútbol.

Le valió a Colombia para conquistar cualquier rechace, para descolocar a España, en ocasiones, con la estructura táctica muy separada. El equipo de Montse Tomé pedía a gritos el descanso para recuperar aliento y retomar el hilo. También para respirar.

Dos disparos de Aitana auguraron una España mejorada. Decidió tomar responsabilidades la Balón de Oro, noticia interesante para cambiarle el pulso al juego. Resultó un espejismo, Colombia golpeó con tremenda dureza gracias a otra contra que dibujó la supersónica Linda Caicedo y culminó Leicy Santos. Cata respondió al primer intento, no le alcanzó para el segundo de Santos.

Montse Tomé agitó el partido con modificaciones estructurales. Jenni Hermoso y Alba Redondo ingresaron por Alexia y Olga Carmona. Salma, que inició como punta, acabó de carrilera zurda en esa ofensiva para la épica.

Jenni Hermoso, como siempre, compareció para otorgar esperanza. Lo hizo muy a su manera, puntual, oportuna ante el gol. Cazó un balón muerto dentro del área para acompañarlo a la red con más de un cuarto de hora por delante. La ambición y la jerarquía de Jenni levantan catedrales. Ella inició el camino de la remontada. Luego se sumó Paredes. Se hace imposible un desenlace más icónico.

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En realidad, la aportación de Jenni se convirtió en un curso acelerado de cómo dominar el juego en espacio reducidos. No perdió un balón. Su influencia en el devenir del partido, sustancial.

La prórroga obligó a Colombia a un ejercicio de supervivencia, perdió por problemas físicos a Ramírez y a Santos y se refugió en la trinchera para, por lo menos, asegurar los penaltis, justo lo que España quería evitar. Un cabezazo de Jennifer Hermoso besó el poste, pero sin premio. La paciencia de la roja no evitó la tanda. El suspense en su máxima esplendor.

Cata atajó el primero y allanó el camino, anotaron Mariona, Salma, Navarro y Aitana. Bastó con eso. Se hizo el milagro.

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